6 pasos que tienes que dar… (y no son de baile)

El comienzo de un nuevo año siempre trae consigo una mezcla de emoción y expectativa. Es como darle al botón de reinicio: un momento perfecto para proponernos nuevos objetivos, explorar posibilidades, crecer y, por supuesto, ¡bailar!
El baile de salón ocupa un lugar destacado en muchas listas de propósitos. Para algunos, el objetivo será aprender a bailar desde cero; para otros, perfeccionar su estilo o explorar una nueva modalidad. Hay quienes ya son asiduos y buscan simplemente salir a bailar más a menudo o participar en eventos sociales. Sea cual sea el caso, todos comparten un mismo deseo: convertir el baile en una fuente de recuerdos inolvidables.
Bailar es algo más que moverse. Es una forma de contar historias. Pero antes de lanzarte a la pista, es importante que tengas una estrategia que te permita disfrutar y progresar sin frustraciones, porque el baile de salón te proporcionará desafíos emocionantes en cada paso, en cada figura, en cada giro, y continuamente te ofrecerá oportunidades para escribir tu propia historia del baile.

Dicho esto, no empecemos la casa por el tejado y comencemos de una manera razonable para no llevarnos a abandonos y frustraciones.
Aquí tienes seis pasos (que no son de baile), esenciales para trazar tu hoja de ruta hacia un año lleno de ritmo:
- Define tu objetivo
- Elige la disciplina adecuada
- Encuentra un buen profesorado
- Comprométete contigo mismo
- Establece metas intermedias
- Diseña tu hoja de ruta
Paso 1.- Definir tu objetivo
Empieza por establecer un objetivo claro y alcanzable. Pregúntate: ¿Qué quiero lograr este año con el baile? Puede ser tan sencillo como aprender los pasos básicos, o tan ambicioso como preparar una coreografía para una exhibición.
Yo te propongo que vayas avanzando poco a poco. Que no te marques metas imposibles. Una vez lo tengas claro, escríbelo y ponlo en un lugar visible para ti, para recordar con frecuencia a dónde quieres llegar. Esto te ayudará a mantener el enfoque y recordar por qué empezaste. El secreto del éxito radica en convertir tus deseos en logros palpables.
Es obvio que las personas que se proponen como objetivo algo en concreto, tienen muchas más posibilidades de conseguirlo que las que no se proponen nada o lo que se proponen lo dejan al amparo del «vivir al día». Prepárate pues para diseñar tu hoja de ruta personal para convertir tus deseos en logros y que no se queden en promesas vacías.
Aprender o progresar en el baile es un objetivo alcanzable y está dentro de lo posible. Yo mantengo la premisa de que si puedes andar, puedes bailar.
Y no es una cuestión de edad, es una cuestión de saber por dónde empezar.
El primer paso es: definir tu objetivo.

Paso 2.- Elegir la disciplina adecuada
El mundo del baile es vasto y diverso. Desde los clásicos como el vals, el pasodoble, el tango o el cha-cha-chá, hasta los ritmos más modernos, como la salsa, bachata y kizomba, hay un estilo para cada gusto. Explora las opciones disponibles en tu zona y elige aquella que más te atraiga.
Si eres principiante, el baile de salón social suele ser una excelente puerta de entrada. Es accesible para todos, además de ser divertido y perfecto para ganar confianza antes de explorar estilos más técnicos o específicos. Además, el baile de salón proporciona grandes beneficios físicos, emocionales y mentales.
Si accedes al baile porque alguien te lo ha recomendado, seguramente te recomendará la disciplina que el está llevando a cabo, pero piensa que puede no ser la más adecuada para ti y eso te llevará a la frustración y al abandono.
Recuerda que el mejor estilo de baile para ti es aquel que te haga sentir cómodo y motivado a seguir aprendiendo. Por eso te recomiendo que empieces por los bailes de salón, que engloban prácticamente todas las modalidades y después tomes otras rutas que te puedan interesar, o simplemente seguir profundizando en el baile de salón.
Quizás, con el tiempo quieras especializarte en el baile deportivo, o especializar el mundo del espectáculo, o prefieras profundizar más en los bailes de tango (tango, milonga y vals criollo); o en los bailes de swing (swing, slow fox, quickstep, lindy hop, rock and roll, variación de swing, boogie woogie, balboa y otros); o en los bailes latinos ‘SBK’ (salsa, bachata y kizomba).
Es mejor entrar por el baile de salón y después buscar otras especialidades que te gusten más, que empezar por una especialidad que quizás no te guste después y abandones.
Además, hay otros muchos grupos de modalidades, como el flamenco, bolliwood, danzas urbanas, danza árabe, danzas griegas…
El segundo paso es: elegir la disciplina adecuada.

Paso 3.- Encontrar un buen profesorado
Aprender de manera adecuada es fundamental.
Aunque los videos on line pueden ser un recurso complementario, nada sustituye a un profesor cualificado. Una buena escuela, con un buen instructor, te guiarán, te corregirán errores y te ayudarán a desarrollar una base sólida.
Ciertos pasos o figuras los podrías aprender viendo videos, pero nunca tendrás la certeza de estar haciéndolo correctamente, porque aunque tú creas que te está saliendo bien o muy bien, puedes estar agregando errores técnicos a tu aprendizaje, errores que con la práctica y la repetición los vas consolidando y agregando a tu estilo, convirtiéndolos en algo que puede ser un desastre técnico.
Esos vicios ocultos se pueden esconder por tiempo indefinido y pueden ser los cimientos otros nuevos que vayas adquiriendo, sin ser consciente de ellos, porque no los vas a ver nunca, ni mirándote en un espejo, ni grabándote en un video para verte después.
Necesitas el enfoque «prueba y error» y eso te lo puede dar el profesorado que te explica, lo pruebas y él verifica que lo estás haciendo bien y si no es así, si cometes algún error, te corrige. Esta es la mejor manera de aprender.
Así que, ya que te pones a la tarea del aprendizaje, es mejor que lo hagas bien. No te puedo recomendar que aprendas a bailar viendo videos, sino que vayas a una escuela cualificada, con profesores especializados en la modalidad de baile que deseas aprender.
Y esto mismo es aplicable también a aquellas personas que teniendo ya las bases afianzadas, quieren perfeccionar sus conocimientos y su estilo.
Siempre son los profesores presenciales, quienes te pueden corregir los errores: posturales, de timing, de fuerza o impulso, de aplicación del peso, o de errores técnicos en general, que nunca podrás corregir si no es con la ayuda de los profesores presenciales.
El tercer paso es: encontrar un buen profesorado.

Paso 4.- Comprometerte contigo mismo
El compromiso es la clave del progreso. Asistir regularmente a clases, practicar lo aprendido y superar los obstáculos iniciales son pasos esenciales. Es normal sentirse descordinado al principio; todos empezamos así. La diferencia entre quienes avanzan y quienes se estancan está en la perseverancia.
Recuerda que cada clase es una oportunidad para mejorar, y cada práctica te acerca más a tus metas. No te compares con los demás; mídete contra ti mismo y celebra tus avances, por pequeños que parezcan.
Son las personas comprometidas las que alcanzan el éxito. Tu éxito está en aprender a bailar y para ello solo necesitas ir a clases, atrapar lo que te explican los profesores y ponerlo en práctica saliendo a bailar. Tu éxito necesita tu compromiso.
Siempre te encontrarás con obstáculos que tendrás que ir salvando. El primero de ellos será cuando veas en la clase que todos lo hacen bien menos tú. Eso nos ha pasado a todos cuando empezábamos. Lo que sucede es que muchas veces los demás también piensan que ellos lo hacen mal y todos los demás bien.
No tienes que fijarte en los demás. Fíjate en los profesores y en ti. Si tú no sabes bailar nada y te parece que otro compañero lo hace muy bien, esa es tu apreciación. Nunca debes comparar tu progreso con el de otros, porque cada persona tiene un grado de evolución distinto. Compárate contigo mismo mirando hacia atrás en el tiempo, recordando cómo estabas cuando empezaste y cómo estás ahora.
No faltes a tus clases. Recuerda que la palabra es «compromiso«. Piensa que las clases y las prácticas de baile se realizan en pareja. Si tú faltas ay las escuelas tratan de emparejar las clases con los alumnos, mujeres y hombres que vienen en solitario. Si tú faltas a tu clase, no solo perderás una enseñanza determinada, sino que además, producirás un descuadre en el Comprometerte contigo mismo compañeros de clase.
Actúa con responsabilidad, una vez hayas adquirido el compromiso contigo de querer aprender a bailar, lánzate y hazlo, no te falles a ti mismo y no falles a los demás.
No dependas de nada ni de nadie para ir a clases, porque si haces que tu clase dependa de alguien o de algo y eso falla, fallarás tú también. El aprendizaje es individual, aunque el baile se haga en pareja. La vida te está presentando una oportunidad, no solo de aprender a bailar, sino de conocer a nuevas personas y socializar. En algunas ocasiones los principiantes someten la asistencia a otras personas porque en solitario les da «miedo». En este caso no hay más remedio que romper esos miedos y cambiar el punto de vista, ya que la vida te está presentando una oportunidad de conocer a nuevas personas con las que entablarás amistad.
El cuarto paso es: Comprometerte contigo mismo.

Paso 5.- Establecer metas intermedias
¿Te imaginas que un bebé que está en la cuna, salte al suelo y se ponga a correr? Esa pregunta se la hacía yo a mis alumnos cuando me decían que no progresaban en las clases.
Eso nos pasa con todo, a todos. Le pasa al tenista y le pasa al guitarrista. El tenista aprende a jugar al tenis, jugando al tenis. El guitarrista aprende a tocar la guitarra, tocando la guitarra y el bailarín aprende a bailar, bailando.
Pero todo lleva su tiempo. ¡Date tu tiempo! Las cosas bien hechas no se hacen con un chasquido de dedos. El baile se aprende bailando.
Al bebé que está gateando, cuando logra ponerse de pie, se le aplaude, y toda la familia lo celebra. Pero el bebé no tiene prisa por echar a correr. Ni siquiera sabe qué es eso de correr.
Pero nosotros tenemos prisa. A mí me pasaba eso, tenía prisa, sin embargo, cuanto más aprendía más cuenta me daba de lo que me faltaba por aprender. Así que tomémoslo con calma y, nunca mejor dicho, paso a paso.
Las figuras que se hacen en las clases de baile, son combinaciones de figuras más sencillas, o incluso de series de distintos pasos básicos. Si no te sale una figura, divídela en partes más pequeñas y enfócate y trabájala hasta que la primera parte de la figura te salga. Y después enfócate en las otras partes que la siguen. De esta manera vas obteniendo pequeños logros, pequeñas metas.
No veas que en el camino hay obstáculos, tómalos como pequeñas metas que tienes que ir consiguiendo o retos que tienes que ir superando. ¡Y celébralo! Celébralo también cuando domines la figura entera o cuando consigas bailar una canción completa sin errores.
¡Y premiate! Eso también es importante: un par de zapatos de baile, una salida a una fiesta con baile, una camisa o blusa nueva, una falda, comprarte unos zapatos de baile, o cualquier otro capricho que nadie mejor que tú sabe qué puede ser. O simplemente date a ti mismo un reconocimiento personal.
Las metas intermedias hacen que el proceso sea más gratificante y te impulsan a seguir adelante, cada logro alcanzado por ti debe hacerte sentir pasión por el baile.
En cada clase se progresa algo siempre, unas veces más y otras no tanto, pero siempre se progresa, nunca se va hacia atrás. Cada día que vas a clase progresas algo y cada día que sales a bailar con tus compañeros de clase y practicas lo aprendido, progresas mucho más.
Si solamente vas a clases y nunca sales a bailar, sabrás mucho de clases, pero no sabrás cómo se baila en una pista de baile. Te quedarás a medias y no aprenderás realmente a bailar.
Recuerda al bebé de la cuna, porque en el aprendizaje del baile y de cualquier otra cosa, somos como bebés: primero gateamos, después nos ponemos en pie, nos caemos muchas veces, finalmente conseguimos andar, después conseguimos correr, más tarde comenzamos a saltar y finalmente aprendemos a saltar corriendo y si no hacemos los 100 metros valla es porque no nos ponemos a ello. Los grados de dificultad son progresivos y se van asimilando poco a poco.
Anota todos tus logros en una libreta. Así tú mismo podrás ir verificando cada avance que has ido teniendo. Eso también te puede venir bien para aquellas situaciones en las que caigas en desánimo. Revisa esa libreta y verifica tus progresos.
El quinto paso es: establecer metas intermedias.

Paso 6.- Empieza tu hoja de ruta
Ahora que tienes claro lo que quieres, es hora de ponerlo en papel. Define cómo vas a lograr tus objetivos: horarios de clases, prácticas adicionales, eventos sociales de baile. Mantén un registro de tus avances y adapta el plan según sea necesario.
Recuerda que esta hoja de ruta no termina aquí. El aprendizaje y disfrute del baile son un viaje continuo. Cada paso, cada figura aprendida serán un capítulo de tu historia personal en la pista de baile.
Comienza ahora, cogiendo papel y bolígrafo y escribiendo con claridad y sin ambigüedad todo lo que quieres conseguir y lo que te dispones a hacer.
Ten en cuenta que tu hoja de ruta no termina después de leer este artículo. Continua durante todo el curso, pues tienes que ir anotando tus logros y los premios que te haces tras conseguir estos logros.
Repasa este artículo y responde a todos los interrogantes que se te planteen en él.
El sexto paso es: Diseñar tu hoja de ruta.
¡Feliz 2025!

Alfonso Martínez
Encuentros con el Baile
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