Alfonso Martínez
Encuentros con el Baile
Mucha gente me dice: «Alfonso, el baile me ha cambiado la vida» y yo les digo: «Y a mí también…»
Si sigues leyendo este artículo te resultará muy fácil comprender que el Baile de Salón es una práctica muy sana y positiva, es una buena inversión en salud física, emocional y mental y cuando consigues mejorar en esos tres frentes, tu vida cambia.
El Baile de Salón es una grata afición, desafiante para algunos, pero muy saludable y altamente recomendable para todos. Hay personas que lo utilizan como herramienta gimnástica que les permite desarrollar sus cualidades psicomotrices, mejorar la resistencia física y tonificar sus músculos; para otras personas es una actividad lúdica que les permite relacionarse con otras personas de una manera fácil y sencilla porque les ayuda a mejorar la autoestima, a superar la timidez, a desarrollar la disciplina y el autocontrol, a estimular la creatividad, a ampliar los recursos en fiestas con amigos, bodas, etc.
Hay quien acude al baile bajo recomendación de médicos o psicólogos, como terapia para salir de su aislamiento personal, para liberar tensiones y bloqueos, para desconectar de la rutina, para levantar el ánimo, o también por el excelente trabajo cardiovascular que beneficia al corazón y quema calorías; para otras personas representa la adquisición de nuevos hábitos en sus formas de andar y moverse, porque el baile modela la figura, mejora la alineación corporal y la forma y el estilo de andar.
Mientras que para unos el baile supone la exteriorización de un arte que llevan dentro, para otros contribuye a un mejor reconocimiento por parte del sexo opuesto, ya que incrementa el atractivo personal, mejora el poder y la capacidad de seducción, estimula la práctica del romanticismo, hace desarrollar la sensibilidad y por si todo esto fuera poco, es de gran ayuda para desarrollar el sentido del ritmo y entender la música, porque mucha gente comienza a entender la música solo cuando comienza a bailar.
Por los muchos beneficios que proporciona el Baile de Salón, cada vez son más las personas que se están integrando en este mundo. Hay quienes piensan que el baile de salón es para personas mayores, pero son cada vez más los jóvenes que se incorporan, interesándose primero en recibir clases para luego saltar a la pista con un conocimiento básico de pasos y figuras que les permitan disfrutar del baile.
Hay personas que creen, erróneamente, que el baile es un espectáculo al que solo llegan las personas que han nacido con ese arte, o que tienen un talento especial, y que solo está al alcance de unos pocos que son las «estrellas», mientras que otros muchos se convierten en admiradores de esas «estrellas». ¡No es así! El baile de salón es para todos, cada uno a su nivel, cada uno con sus limitaciones, como sucede con el tenis, con los idiomas, con la pintura o con cualquier otro tipo de actividad. Si puedes andar, puedes bailar. ¡Eso es todo!
La pista de baile tiene una característica grupal, promueve la participación colectiva y acepta a todos, incluso a aquellos que han elegido no acudir a un maestro para aprender y las «estrellas» del baile dejan de serlo cuando comparten pista con otros bailarines, aunque sean principiantes. En la pista de baile todos respetamos las mismas normas del baile. En los escenarios de los teatros, cada bailarín podrá hacer lo que quiera, pueda y sepa, pero compartiendo pista de baile no hay caché, todos somos iguales y todos queremos lo mismo: ¡disfrutar!
Acudir a clases de baile y salir a bailar es una buena inversión ¡Recuérdalo!
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