La fiesta de despedida de toda una vida
El 3 de marzo de 2023 se celebró el último guateque de Antonio. Un evento organizado por la Fundación 38 grados en colaboración con Encuentros con el Baile y el Centro de Servicios Sociales Loyola de Palacio, en Madrid.
La emoción era palpable entre los 20 amigos y seres queridos que estaban allí para celebrar con Antonio. Con 74 años, Antonio había sido diagnosticado con un cáncer de páncreas muy avanzado en agosto de 2022 y estaba en cuidados paliativos. Sabiendo que su tiempo era limitado, Antonio quería cumplir un último deseo: bailar una vez más. La Fundación 38 grados, que ayuda a personas en cuidados paliativos a resolver asuntos pendientes, hizo posible que Antonio cumpliera su sueño.
El día de la fiesta, el sol brillaba en el cielo, las plantas del centro social empezaban a brotar y los abrigos de los invitados estaban colgados en las sillas naranjas del aula del segundo piso. “Antonio debería haber sido profesor de baile”, decía uno de sus amigos. “Estoy muy emocionada”, confesaba otra. Entre España cañí y La morena de mi copla, las manos se dirigían hacia la mesa de picoteo.
En España, los cuidados paliativos se introdujeron en los años ochenta gracias a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Actualmente, existe un grupo multidisciplinario llamado Soporte Hospitalario Paliativo del 12 de Octubre, del que forma parte la psicóloga Maribel Carreras. Este grupo trabaja en red para ofrecer atención integral y cuidados paliativos a los pacientes en el final de su vida. Para ellos, el objetivo principal es “ofrecer una buena despedida”.
“Localizar un último deseo es cuestión de tirar del hilo y de eso se ocupa el equipo de Soporte Hospitalario Paliativo del 12 de Octubre”, explica Carreras. «Se explora si los pacientes tienen cosas que hacer o decir, si tienen algún deseo pendiente y si les apetece solucionarlo. También ayuda a la familia con el recuerdo en el duelo. Hacía tres años que Antonio no iba a bailes de salón y para él era importante volver a hacerlo». Carreras conoció a Antonio como paciente en noviembre de 2022 y en el guateque bailaron como amigos, sin bastón y sin vergüenza: “A la muerte hay que mirarla de frente, como a la pareja en la pista”, concluye.
Juan Francisco Reyes, trabajador social encargado de garantizar el acceso a recursos de ayuda social, está a cargo del seguimiento de los pacientes a domicilio con el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESADP). Él fue quien contactó con el Centro de Servicios Sociales Loyola de Palacio, donde Antonio bailaba los últimos años, para ver la disponibilidad del espacio, y se puso en contacto con la Fundación 38 grados para la logística.
Antonio cumplió su último deseo bailando
Antonio deseaba organizar un guateque, pues su gran pasión es bailar, aunque empezó a practicarlo ya de mayor. Para amenizar la celebración, prepararon algunos aperitivos y convocaron a varios amigos, pero para añadir un toque más dinámico a la fiesta, contactaron con Piedad Almagro, de Encuentros con el Baile, como explica Ramos con la naturalidad que le confiere su profesión.
La música sonaba, las risas se oían por todo el centro y las manos se agarraban con fuerza para seguir el ritmo. Los invitados se turnaban para bailar con Antonio y lo abrazaban con cariño al terminar cada canción. Todos ellos habían acudido para darle a Antonio el mejor regalo que podían ofrecerle en ese momento: una última noche de baile, de alegría y de compañía.
Al terminar el guateque, Antonio se despidió de todos sus amigos y agradeció a la Fundación 38 grados, a Encuentros con el Baile y al Centro de Servicios Sociales Loyola de Palacio por haber hecho posible ese momento tan especial. Después, regresó a su casa en el campo, donde pasó sus últimos días rodeado de sus seres queridos.
La importancia de los cuidados paliativos en la realización de los últimos deseos
El caso de Antonio es un ejemplo de cómo los cuidados paliativos pueden ofrecer a las personas en el final de su vida la oportunidad de realizar un último deseo, de resolver cuentas pendientes y de despedirse de sus seres queridos de una manera especial. Estos cuidados, que se enfocan en el alivio del dolor y en la mejora de la calidad de vida de las personas en situación terminal, no sólo son importantes desde un punto de vista médico, sino que también tienen un gran valor emocional y social.
Para las personas en situación terminal, los cuidados paliativos no sólo son importantes para aliviar el dolor físico, sino también para atender sus necesidades emocionales, sociales y espirituales. Muchas veces, estos pacientes tienen asuntos pendientes que desean resolver antes de morir, como ver a un ser querido, hacer un último viaje o realizar una última actividad que les hace felices.
En el caso de Antonio, fue el equipo de Soporte Hospitalario Paliativo del 12 de Octubre quien identificó su deseo de bailar y se puso en contacto con la Fundación 38 Grados para hacerlo posible. Estos cuidados pueden ayudar a las familias a prepararse para el duelo, resolver asuntos pendientes y hacer frente a la pérdida de su ser querido y aliviar la carga emocional y física de los cuidadores.
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